Primero es conveniente explicar un poco que son los "calçots". Son los brotes que aparecen cuando se replantan las cebollas blancas, reciben este nombre por que a medida que van creciendo los brotes se van calzando, para blanquearlos. Son típicos de Valls, un pequeño municipio de Tarragona, donde el clima es el idóneo para su cultivo.
Este plato se acompaña con una salsa muy catalana, la salsa romesco. Esta salsa tiene como ingredientes imprescindibles, el tomate, la almendra, la ñora y el ajo. En cuanto pueda, subiré la receta completa para que la probéis en casa.
Salsa romesco |
La semana pasada fui a probar este magnífico producto a un restaurante que se encuentra en la carretera entre Tarragona y Valls, "Casa Felix", que es conocidísimo por ofrecer un menú "calçotada", aunque se puedan pedir por raciones.
Comer calçots se ha convertido en todo un ritual, se necesitan varios instrumentos y una salsa única. Babero, guantes, salsa romesco y sobre todo, ganas de jugar un poco, ya que se comen con las manos.
Una ración de Calçots |
Hay que seguir una pequeñas instrucciones, que aunque seas nuevo en el proceso, son fáciles de aprender. Coged el calçot con una mano, dejando fuera las capas exteriores. Con la otra mano, abrazandolo desde arriba, tirar hacia abajo. Es fácil, hay que conseguir quitar la capa "carbonizada". Ahora es el momento de sumergirlo literalmente en la salsa romesco. Para comerlo, ya os podéis imaginar, hay que hacerlo de golpe. El sabor fuerte de la salsa queda perfecto con el sabor a cebolla suave del calçot.
Para acabar la calçotada, yo recomiendo un postre catalán, para no desviarnos de estas tierras, en este caso una, buenísima crema catalana.
Si pasáis por allí, merece la pena parar y probar, os recomiendo que os pidáis una ración para dos personas ya que son abundantes y así podéis tomar algún otro aperitivo o postre típico de la zona.
Un saludo!!
Que buena pinta!
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